lunes, 20 de octubre de 2014

El hablador

La historia empieza en una galería en Firenze, Mario Vargas Llosa estaba viendo unas fotos. Una de ellas, era la de un grupo de personas sentadas observando como a un espíritu, también, la de un niño que había sido mordido. La que más le sorprendió fue la primera que mencioné, con esta imagen empezó a recordar todo lo que vivió cuando era joven. Él estudió Letras en la universidad de San Marcos, con un chico llamado Saúl Zuratas. Saúl tenía algo particular en la cara, toda la parte derecha de su cara estaba cubierta por un enorme lunar, también tenía cabello naranja. El papá de Saúl quería que su hijo sea alguien importante en la vida, por eso lo obligó a estudiar derecho, a pesar de que a él no le gustaba. No obstante, él estudiaba etnología a la misma vez. Cuando Mario estaba estudiando se le presentó la oportunidad de viajar a la Amazonía, Rosa Corpancho fue la que le dio esa oportunidad. Mario empezó a conocer la cultura y las costumbres de la tribu de los machiguengas. Habían dos señores, los Schneil, que ayudaban a que los machiguengas aprendan a leer y a escribir.
Habían  personas que querían  mejorar la forma de vida de los machiguengas, quitándoles las costumbres y cambiándoles sus costumbres, cuando “mascarita”, apodo de Saúl, se enteró lo que iban hacer las personas, se dirigió a la selva. Mario estaba feliz de que su amigo esté con él,  ellos compartían diferentes opiniones sobre si los machiguengas debían segur con sus costumbres o cambiarlas. Mascarita quería que ellos conserven sus costumbres, pero Mario, pensaba que lo mejor para que la tribu pueda progresar era de cambiar sus costumbres. Conociendo poco a poco como vivían las tribus, a Mario le empezó a gustar la cultura de los machiguengas.
Después de varios años, Mario empezó a trabajar en la televisión peruana, el programa se llamaba “La Torre de Babel”, duró seis meses trabajando. Una de las cosas que siempre pasaban mientras trabajaban era que el camarógrafo Alejandro Pérez siempre tenía el lente de la cámara medio sucio.
Regresando a la Amazonía, los misioneros ya estaban a punto de terminar con su misión en la selva. Mario seguía obsesionado con lo de EL HABLADOR, hasta que el señor Edwin Schneil le contó sobre una experiencia que tuvo cuando vio al hablador. Cuando Mario le empezó a preguntarle sobre cómo era físicamente el hablador, Edwin decía que el hablador tenía un gran lunar en la parte derecha de su cara y que también tenía el cabello color naranja, Mario se asustó y se dio cuenta de que su amigo era el Hablador. Finalmente, Mario se dio cuenta por qué Mascarita siempre defendía a la tribu de los machiguengas  y era que él pertenecía a esa tribu.

Los jefes y los cachorros

 Esta interesante historia habla de unos jóvenes de nombre, Javier, Lu, Raygada y el protagonista, que viven un mal trato por parte del Director de su colegio San Miguel, El maestro Ferrufino. El director no quería darles las fechas de los exámenes, cosa que los tenía desconcertados, éstos se impondrían inesperadamente y los muchachos sentían eso como algo injusto, todo esto con el fin de que estos sacaran malas calificaciones,

Así comienza la historia realista de Mario Vargas Llosa, los jóvenes se rebelan y querían que todo el colegio se uniera para hacer una huelga y lograr lo que querían del director, las fechas de los exámenes.
Marchan los jóvenes, dan vueltas al patio. Primero los de quinto”. El primer intento fracasó porque al enfrentarlos el director, Rasgada uno de los integrantes del grupo de Los Jefes o los coyotes, reculó y de castigo le fue impuesto que todos los días tendría que quedarse hasta las 9 de la noche haciendo un trabajo por haberse rebelado contra de ellos.

Los  “Los Jefes o coyotes” que era un grupo de personas, solo por ser los mayores del colegio y porque intentaban luchar contra las injusticias, apoyaban a todo el colegio, armaban grupos para ir a hablar con el director, que era su grupo y al llegar a dirección, obtienen de ello, solo los mandaban a la porra. Era una lucha de poder y rebeldía, ah pesar de que eran castigados cada vez que le comentaban al director sobre los exámenes. Era una lucha de negativa y estaban en contra del alumnado.
Las acciones que tomaban Los Jefes requerían eran valientes y solidarias a su fin. Tomaron medidas fuertes como no dejar el ingreso de los estudiantes al colegio o enfrentar directamente al Ferrufino. También se ve que los chicos estaban decididos, a pesar de su valentía y los actos severos pero nobles que realizaron no obtuvieron nada más que nuevas amenazas del director.
El grupo de jefes salen con los mas pequeños salen de hablar con el director y dan las malas noticias a los mas pequeños. entonces deciden armar una huelga, incita a los demás compañeros diciendo que el director golpeó a Lu, que traía golpes resultado de una previa pelea entre “los coyotes”, echándole la culpa al director, y toda la escuela se pone en huelga, no tomaban clases y exigirían también que los más pequeños los “churres”, de primaria tampoco entraran. Así pues, empiezan a convencer a los de primaria que no asistan a clases, que se vayan al río y ya casi tienen controlada la situación, cuando dejan solo a Lu, y éste es vencido por varios pequeños que si querían clases y estaban en contra de la huelga…Una vez que los demás alumnos vieron que los primeros entraban a la escuela, inmediatamente los siguieron, la amenaza de huelga había terminado y el director había salido airoso de esa rebelión de alumnos…ante tal descontrol surge una pelea entre Lu y el protagonista, una vez terminada en pleito..Se saludan y entran igualmente a la escuela..Una mano amiga, promete ayuda hacia ellos, Javier pone un brazo en el hombro del jefe mayor. La unión que se había logrado, se revienta inesperadamente al haber un altercado entre uno de los Jefes, ya mayores y un churre menor de edad.
En si son varios relatos pero en si en los seis tienen en común el tema, principalmente sobre el que giran los acontecimientos es la agresividad. Ésta se manifiesta en cada relato de formas diferentes, tales como por ejemplo una manifestación, un combate, una venganza, un reto, etc. En cada relato los personajes son completamente distintos pero comunes en una cosa; la violencia como característica principal de todos ellos. En ambos relatos los que entran en competición, junto con sus amigos, deciden alejarse del centro urbano para llevar a cabo su enfrentamiento, al leer el capítulo de Día Domingo (posterior a El desafío) da la sensación de que ya lo has leído anteriormente.  El tema central de los seis capítulos es la agresividad y la violencia tan real como la vida misma, aunque en estos relatos pueda parecer algo surrealista.

De alguna manera, lo relaciono con la política en nuestros países latinoamericanos y si no hay unión no se obtendrá lo que se quiere, la represión con mayor fuerza, mete en control a las masas. o la desunión entre grupos es la clave del éxito del dictador, principalmente “Los Cachorros”. Fue el que mas llamo mi atención y mas lecciones me dejó. El saber que la vida y el futuro de uno puede cambiar en cualquier momento y en cualquier lugar deja un sentimiento de incertidumbre y quizás algo de angustia. Primero que nada el tener presente nuestra seguridad y cuidado en todos los lugares que frecuentemos es una lección, pero la mas importante, es que si en algún momento llegáramos a sufrir alguna discapacidad, tan fuerte como el ser impotente en el caso de un hombre, no dejar que la desesperación nos invada y no encerrarnos en nosotros mismos. Aunque suena fácil decirlo, creo que e una de las cosas mas difíciles que uno tiene que realizar al sufrir algún tipo de problema crónico. En particular creo que sería el ultimo en seguir este consejo, pero este libro me dejo la enseñanza de por lo menos pensarlo dos veces antes de llevar una vida desesperada en caso de pasar por alguna invalidez.
Investigue que en esos años en Latinoamérica se estaban produciendo cambios políticos, que generaban inestabilidad social, pero que a Mario no le afectaron demasiado. Lo que marco su estilo literario fue pertenecer al “Boom”, que es un movimiento literario que se caracteriza y abarcar áreas y temas universales con personajes ambiguos y lenguajes comunes que incluyen la jerga y el léxico propio.
Y de acuerdo con el realismo lo relaciono porque enfocaba su interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales, y para ello se valieron en estos simples personajes, a pesar de ser un estilo más sencillo, sobrio y preciso. Especialmente me di cuenta que era realismo en los diálogos, es decir, adopta los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los estratos sociales. Además porque como ya comentaba sobre el contexto histórico en el que estaba procura mostrar en la obra una reproducción fiel y exacta de la realidad que se vivía en las calles, y porque al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; y mejor refleja la realidad individual y social, además hace uso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales, además el lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos e interactúan influyendo en otros, además  muestra una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social a demás Mario Vargas Llosa analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad y transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.

Conversación en la Catedral

El nombre de la novela proviene del lugar donde Santiago Zavala (Zavalita), el protagonista, conversa con un antiguo empleado suyo, el negro Ambrosio. La Catedral es una cantina de mala muerte ubicada por los alrededores del río Rímac, cerca a una perrera, a donde Santiago acude para recuperar a Batuque, el perro de su esposa. Allí se reencuentra con el antiguo exchofer de su padre y se van a tomar un par de cervezas.
La obra se basa en la conversación de estos dos personajes, seres muy distintos, casi antagónicos, pero unidos por los azares de la vida, la dictadura de Odría y, sobre todo, la desolación de la historia peruana.
Zavalita es un sencillo periodista de unos 30 años, mediocre, sin mayores ambiciones, y clasemediero, pero de familia acomodada a la que ha dejado de ver en voluntario desclasamiento, a causa de los desacuerdos con su padre, Don Fermín, quien era un empresario muy cercano al poder político en los tiempos del Ochenio.
Ambrosio, por su parte, es un negro viejo que se dedica a matar perros en la perrera municipal, y que anteriormente fue chofer de Cayo Bermúdez y luego chofer de don Fermín, con quien sostuvo una relación homosexual. Asimismo, es el asesino impune de La Musa, antigua prostituta de alto vuelo.
El diálogo, que dura cuatro horas, sirve como hilo conductor para cuatro historias estilísticamente independientes, pero que se entrecruzan en el tiempo. Entre cerveza y cerveza, los dos van atando cabos y llenando vacíos que nos remiten al Perú de aquellos años, época de represión política y corrupción que afecta a todos los estratos sociales. Así, los planos se intercalan y los personajes del pasado cobran actualidad y conviven en la narración del presente entre el viejo Ambrosio y el joven Zavala.
Cuatro son los personajes sobre los que se sostiene la novela: Santiago Zavala (Zavalita), don Fermín Zavala (Bola de Oro), el zambo Ambrosio y Cayo Bermúdez (Cayo Mierda). Cada uno de los cuales se vinculan a su vez con una legión de personajes de distintos estratos, ocupaciones, caracteres e importancia.
Así nos enteramos que Zavalita, como es llamado familiarmente, desea (y logra) estudiar en la Universidad de San Marcos contra la opinión de su progenitor. Allí se enrola en el grupo activista Cahuide, grupo marxista, opositor a la dictadura. Con ellos comprobará, en carne propia, la persecución y las represalias que sufren los opositores al gobierno, de las cuales él se salva por influencia de su poderoso padre.
Por otro lado Ambrosio, zambo de la ciudad de Chincha, sufre un cambio de vida al pasar de su tranquilo pueblo a la ciudad capital, Lima, donde trata de ganarse la vida como puede, logrando finalmente que un viejo conocido de sus años de infancia -el director de gobierno Cayo Bermúdez y mano derecha del ministro de gobierno y de la policía- lo emplee como su chofer.
Cayo Bermúdez (Cayo Mierda, personaje basado en Esparza Zañartu, su siniestro alter ego real del odriismo) es justamente otro de los protagonistas de la novela, quien desempeña su perverso papel defendiendo los intereses del general Odría: persigue a los apristas y comunistas y acalla toda oposición al régimen. Para ello no escatima recurso alguno por pérfido o ilegal que fuese. Además, se consigue una amante de lujo, Hortensia, una ex cabaretera y prostituta apodada “La Musa”, a la que instala en una casa privada de San Miguel y colma de comodidades y lujos, para abandonarla en última instancia cuando es separado del poder.
Mientras tanto, Santiago luego de los sucesos de Cahuide (su detención, la pelea con su padre), rompe toda relación con la familia y se pone a trabajar como periodista en un diario local. Por otro lado, Ambrosio se convierte en chofer de don Fermín, con el que mantiene una relación homosexual esporádica y secreta (“solo cuando este se sentía preocupado o triste, y lejos, en la casa de Ancón”). Hortensia, cuya vida de esplendor iba decayendo en rápida decadencia, se entera de esta relación y utiliza para chantajear al empresario que por esos momentos está recuperándose de serias dificultades económicas. Ambrosio, apenado e indignado ante los sucesos, mata a Hortensia, tras lo cual huye a Pucallpa junto con Amalia, su pareja.
Santiago se va enterando poco a poco de la vida privada de su padre, de sus vicios, sus excesos, cuestiones que lo atormentarán por años. Aún más, teme que su padre haya ordenado la muerte de Hortensia. Por eso su interés en hablar con Ambrosio tras ese reencuentro en la perrera, con el que se inicia la novela. Ello explica también la reticencia de Ambrosio a profundizar en el asunto, llegando incluso a pelearse con Santiago a la salida del bar La Catedral, cuando éste le insiste en preguntarle si había cometido lo “de La Musa” por orden de su padre. Sin embargo, por el diálogo que sostienen ambos, expuesto páginas más adelante de la obra, se desprende que Ambrosio cometió el crimen por propia voluntad, sin mediar orden alguna.