El nombre de la novela proviene del
lugar donde Santiago Zavala (Zavalita), el protagonista, conversa con un
antiguo empleado suyo, el negro Ambrosio.
La Catedral es una
cantina de mala muerte ubicada por los alrededores del río Rímac, cerca a
una perrera, a donde Santiago acude para recuperar a Batuque, el perro
de su esposa. Allí se reencuentra con el antiguo exchofer de su padre y
se van a tomar un par de cervezas.
La
obra se basa en la conversación de estos dos personajes, seres muy
distintos, casi antagónicos, pero unidos por los azares de la vida, la
dictadura de Odría y, sobre todo, la desolación de la historia peruana.
Zavalita
es un sencillo periodista de unos 30 años, mediocre, sin mayores
ambiciones, y clasemediero, pero de familia acomodada a la que ha dejado
de ver en voluntario desclasamiento, a causa de los desacuerdos con su
padre, Don Fermín, quien era un empresario muy cercano al poder político
en los tiempos del Ochenio.
Ambrosio,
por su parte, es un negro viejo que se dedica a matar perros en la
perrera municipal, y que anteriormente fue chofer de Cayo Bermúdez y
luego chofer de don Fermín, con quien sostuvo una relación homosexual.
Asimismo, es el asesino impune de La Musa, antigua prostituta de alto
vuelo.
El diálogo, que dura
cuatro horas, sirve como hilo conductor para cuatro historias
estilísticamente independientes, pero que se entrecruzan en el tiempo.
Entre cerveza y cerveza, los dos van atando cabos y llenando vacíos que
nos remiten al Perú de aquellos años, época de represión política y
corrupción que afecta a todos los estratos sociales. Así, los planos se
intercalan y los personajes del pasado cobran actualidad y conviven en
la narración del presente entre el viejo Ambrosio y el joven Zavala.
Cuatro
son los personajes sobre los que se sostiene la novela: Santiago Zavala
(Zavalita), don Fermín Zavala (Bola de Oro), el zambo Ambrosio y Cayo
Bermúdez (Cayo Mierda). Cada uno de los cuales se vinculan a su vez con
una legión de personajes de distintos estratos, ocupaciones, caracteres e
importancia.
Así nos enteramos
que Zavalita, como es llamado familiarmente, desea (y logra) estudiar en
la Universidad de San Marcos contra la opinión de su progenitor. Allí
se enrola en el grupo activista Cahuide, grupo marxista, opositor a la
dictadura. Con ellos comprobará, en carne propia, la persecución y las
represalias que sufren los opositores al gobierno, de las cuales él se
salva por influencia de su poderoso padre.
Por
otro lado Ambrosio, zambo de la ciudad de Chincha, sufre un cambio de
vida al pasar de su tranquilo pueblo a la ciudad capital, Lima, donde
trata de ganarse la vida como puede, logrando finalmente que un viejo
conocido de sus años de infancia -el director de gobierno Cayo Bermúdez y
mano derecha del ministro de gobierno y de la policía- lo emplee como
su chofer.
Cayo Bermúdez (Cayo
Mierda, personaje basado en Esparza Zañartu, su siniestro alter ego real
del odriismo) es justamente otro de los protagonistas de la novela,
quien desempeña su perverso papel defendiendo los intereses del general
Odría: persigue a los apristas y comunistas y acalla toda oposición al
régimen. Para ello no escatima recurso alguno por pérfido o ilegal que
fuese. Además, se consigue una amante de lujo, Hortensia, una ex
cabaretera y prostituta apodada “La Musa”, a la que instala en una casa
privada de San Miguel y colma de comodidades y lujos, para abandonarla
en última instancia cuando es separado del poder.
Mientras
tanto, Santiago luego de los sucesos de Cahuide (su detención, la pelea
con su padre), rompe toda relación con la familia y se pone a trabajar
como periodista en un diario local. Por otro lado, Ambrosio se convierte
en chofer de don Fermín, con el que mantiene una relación homosexual
esporádica y secreta (“solo cuando este se sentía preocupado o triste, y
lejos, en la casa de Ancón”). Hortensia, cuya vida de esplendor iba
decayendo en rápida decadencia, se entera de esta relación y utiliza
para chantajear al empresario que por esos momentos está recuperándose
de serias dificultades económicas. Ambrosio, apenado e indignado ante
los sucesos, mata a Hortensia, tras lo cual huye a Pucallpa junto con
Amalia, su pareja.
Santiago se va
enterando poco a poco de la vida privada de su padre, de sus vicios,
sus excesos, cuestiones que lo atormentarán por años. Aún más, teme que
su padre haya ordenado la muerte de Hortensia. Por eso su interés en
hablar con Ambrosio tras ese reencuentro en la perrera, con el que se
inicia la novela. Ello explica también la reticencia de Ambrosio a
profundizar en el asunto, llegando incluso a pelearse con Santiago a la
salida del bar La Catedral, cuando éste le insiste en preguntarle si
había cometido lo “de La Musa” por orden de su padre. Sin embargo, por
el diálogo que sostienen ambos, expuesto páginas más adelante de la
obra, se desprende que Ambrosio cometió el crimen por propia voluntad,
sin mediar orden alguna.