No sé que es lo que me detiene simplemente;
es lo que soy; así has de entenderme amor.
Aroma de santidad reposa sobre mi fe;
diáfana tu carita risueña, dulce y bella.
En nuestro acuerdo no entraba el plebeyo;
...rían heraldos; son mártires de mi espanto,
...oh soledad; no me llames a esta serenata;
reposa sobre mí; si lo quieres, no me bastas
aún si fueras tú; migraña de mis ojos fieros.
Bermejo es mi yaga putrefacta; duele tanto;
es tan santo el bálsamo de tu bella palabra;
arde de lejos; yo sólo me encuentro atraído,
tiene color de madre, la niña de mi llanto.
Duérmete y déjame el sueño acaramelado;
hace tiempo que no me siento niño;
dejando olvidado la sonrisa en mi mejilla
mis ojos no son tan inocentes,
como en aquellos días.
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