Como teme la esencia del mal el amanecer,
mas como ladrón entra cuando llega la noche,
hurtando de arriba abajo los corazones sin fe
y de fe queremos hablar esta noche.
A veces seguimos con miedo; mejor no creer,
con este vaivén, uno no se puede detener
y aquellos que lo logran en llanto se ven
perdieron la juventud en la vida y su revés
apoderándose de ellos la implacable vejez.
Caerán del cielo lágrimas de sal
Amargas como el té,
La esperanza de paz
Se esconde tras la fe.
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